Millie Bobby Brown ha crecido frente a nuestros ojos, y no solo como actriz, sino también como una de las jóvenes con más estilo en Hollywood. Su evolución ha inspirado a miles porque no tiene miedo de experimentar, jugar con la moda y construir una identidad auténtica.
Los inicios: dulzura, naturalidad y moda juvenil
Cuando Millie llegó al mundo con Stranger Things, su estilo reflejaba a esa adolescente dulce y llena de encanto. En sus primeras alfombras rojas la veíamos con vestidos pastel, siluetas suaves y toques románticos que acompañaban a la perfección su personalidad de entonces.
Adolescencia fashion: experimentación total
A medida que creció, Millie empezó a soltar la versión dulce para jugar con los vestidos con tul, brillos, texturas, los looks estilo princesa moderna y las primeras colaboraciones con casas importantes como Dior o Calvin Klein.
En estos años también se animó a mezclar prendas como crop tops, pantalones de sastre, monocromáticos, tonos más definidos y maquillaje más estilizado. ¡Fue un período clave donde se volvió una de las “it girls” de su edad!
Juventud y poder: la consolidación de un ícono
Una vez que Millie entró de lleno a la adultez, su estilo dio un giro elegante y maduro. Empezó a apostar por alta costura, especialmente piezas de Louis Vuitton, asimetrías, transparencias elegantes y vestidos estructurados que gritaban sofisticación. Aquí ya no era la chica que seguía tendencias, ella las marcaba.
Hoy en día, Millie luce un estilo que combina glamour, sensualidad sutil y mucha seguridad personal. La hemos visto en premieres con corsets, vestidos con cola de tul, transparencias estratégicas, inclusive con looks monocromáticos que reflejaban a esa mujer dueña de su narrativa.