Billie Eilish es una de nuestras celebs favoritas, no solo por su talento, sino por su autenticidad. Entre los gestos que más enternecieron a sus fans, fue cuando sorprendió al mundo al contar que vive con síndrome de Tourette, un trastorno neurológico que afecta a millones de personas, pero del que pocos se atreven a hablar sin prejuicios.
En aquella ocasión, su confesión fue una respuesta a todos sus fans que ya habían notado que en algunas entrevistas Billie hacía movimientos repetitivos con los ojos, los hombros o la mandíbula. Además de un gesto de empatía hacia todas las personas que comparten el síndrome.
¿Qué siente Billie con el Tourette?
Durante una conversación con David Letterman, Billie fue directa respecto a que sus tics no son dolorosos, pero sí incómodos. A veces la desconcentran, a veces la agotan, pero forman parte de ella. Los parpadeos repetidos, tensiones musculares en el cuello, chasquidos con la mandíbula o el encogimiento de hombros son movimientos involuntarios que aparecen cuando está relajada o cansada.
“Si me grabas durante mucho tiempo, vas a ver muchos tics”, aseguró en una entrevista.
Lo más difícil, dice Billie, no es lo que el cuerpo hace, sino lo que la gente piensa. Durante mucho tiempo guardó silencio porque temía ser juzgada o, peor, reducida solo a un diagnóstico.
“No es nada diferente, ¿sabes? Nunca dije nada porque no quería que eso definiera quién soy, no quería que fuera como ‘Billie Eilish, la chica que tiene Tourette’”, mencionó en 2019 durante su participación en el show de Ellen DeGeneres.
Hoy Billie Eilish no solo es una artista ganadora del Grammy; es también una voz poderosa en temas de salud mental y aceptación personal. Su manera de hablar sobre el síndrome de Tourette (sin drama ni vergüenza) está ayudando a cambiar la conversación.
Porque al final, ella nos ha enseñado con su historia que no todo lo que se ve diferente está mal, y hablar de lo que vivimos, aunque sea incómodo, puede liberar a otros.