Regresamos al icónico Baby’O para ver el estreno del documental La Noche Eterna del Baby’O, y no sabemos si fue la nostalgia, la música o los recuerdos compartidos… pero reímos, gritamos, bailamos y sí: también lloramos poquito.
El Baby’O es ese lugar. Ese donde todos tienen una historia, un crush, un momento, o mínimo un chisme.
Victoria, Juan Pablo, Yurem… y ERES misma hemos vivido noches inolvidables ahí, así que estar en el club viendo en pantalla grande su propia historia
Pero no todo fue noche y nostalgia. De día nos fuimos mar adentro en un yate que terminó siendo escenario de: Atardecer de película, chapuzones constantes y una competencia no oficial de “quién se avienta más veces desde la borda”.
cerramos con un clásico acapulqueño: los clavadistas de La Quebrada. Cada salto fue una mezcla de arte, riesgo y pura adrenalina. No importa cuántas veces los veas: siempre te dejan con ganas de aplaudir de pie.
Entre el Baby’O, el yate, los amigos y ese mood que solo Acapulco sabe dar, entendimos por qué todos quieren volver… una y otra vez.
Y sí:
Prometemos regresar. Porque Acapulco siempre tiene algo más que contar.