Para que amplíes y presumas tu acervo de datos y curiosidades con tus amigos, te compartimos lo que sabemos sobre la dona.
La celebración del Día de la Dona es algo propio de Estados Unidos, país al que normalmente se asocian estos ricos panecillos. El asunto no es ningún capricho, ya que sus raíces son históricas y su motivo es honrar a las “Donut Lassies”, voluntarias que servían donas y café́ a soldados estadounidenses en la Primera Guerra Mundial. De tal manera que desde hace varias décadas existe esta fiesta, que ahora sí sirve para que algunas franquicias, sobre todo las especializadas en el producto, hagan ofertas que tienten tus antojos. Con razón de que cada primer viernes de junio celebramos el Día de la Dona, queremos contarte ciertos datos y curiosidades acerca de las también conocidas como rosquillas.
Lo que no sabías de las donas
Las abuelitas de las donas
Si las donas tienen ancestros, esos son los olykoeks, unos pastelillos holandeses que desde el siglo XIX existían. En un inicio eran simplemente bolas de masa fritas en grasa de cerdo que tenían que llegar a dorarse. Sin embargo, como el centro no se cocinaba tan rápido, se quitaba y el vacío se llenaba con fruta, frutos secos u otros ingredientes.
Fuente de trabajo
Según sitios especializados, en el nada lejano 2023, tan solo en Estados Unidos la industria de las donas daba empleo a 200 mil personas.
Donas, delicias que exigen moderación
Aunque nos encanten, lo cierto es que tampoco hay que abusar de ellas. En un artículo que documentaba una investigación sobre lo calóricas que pueden ser las donas, se nos mostró que en el mercado fácilmente encontraremos ejemplares de hasta 390 calorías.
Muchos nombres, un mismo encanto
Tan solo en el mundo hispánico hallamos una enorme variedad de nombres para lo que en México conocemos como “dona”. Por ejemplo, donut, rosquilla, berlina, rosquita o rosceta. Yendo un poco más allá, en el Reino Unido pueden referirse a esto como doughnuts y en Australia como jam balls.
La dona más cara
En Londres, ciudad afamada por sus precios altos, hay una dona que ostenta el curioso récord de ser la más cara del mundo. Se vende por más de 1,500 dólares, justificándose en su baño en oro de 24 quilates y champaña cristalina y su acompañamiento con diamantes.