Aunque nunca sabremos hacia dónde iba este proyecto, sí se puede consultar el comienzo de este en uno de los libros editados por Christopher Tolkien.
Cuando decimos que El señor de los anillos iba a tener una secuela, hay que tener en cuenta que J. R. R. Tolkien, escritor británico y autor de esta obra cumbre de la fantasía, concibió una sola novela. Sin embargo, por cuestiones editoriales, se decidió dividir al libro original en tres partes, las mismas que fueron adaptadas en la trilogía de Peter Jackson, una de las más célebres en el cine, dicho sea de paso. Entonces, el proyecto inconcluso de una continuación para esta historia no era una cuarta parte, sino un relato que seguía a los eventos de El señor de los anillos, así como esta hizo con El hobbit.
Después de El señor de los anillos
Los entendidos en el legendarium de Tolkien o, dicho de otra forma, en la mitología que creó este autor, sabrán que el continente ficticio de la Tierra Media se cuenta a través de Edades del Sol, es decir, los periodos históricos de ese lugar.
Para situarnos en lo que estaba haciendo Tolkien, te diremos que tanto en El hobbit como en El señor de los anillos los sucesos que se relatan ocurren en la Tercera Edad del Sol. Los de la última novela están cerca, de hecho, del final de ese periodo.
Con todo eso presente, toca que decir que lo que venía después de El señor de los anillos de plano ya se ubicaba en la Cuarta Edad del Sol, cien años después de la muerte de Aragorn.
La nueva sombra
Así es, La nueva sombra iba a ser el relato que continuaría a la reconocida obra que suma más de mil páginas. El escritor comenzó a trabajar en este en los 50, mas nunca lo concluyó, aun cuando buscó retomarlo más tarde.
La pregunta es por qué Tolkien abandonó este proyecto. Por suerte, a uno de sus amigos, sí le ofreció una razón en una de sus cartas. A grandes rasgos le dijo que la escritura de esta historia le estaba descubriendo que la paz que llegaría después del reinado de Eldarion en realidad tenía poca relevancia, por lo que ningún cuento digno de narrarse saldría de ese tiempo.
De los intentos de Tolkien por sustraer algo de interés de ese periodo se lograron 13 páginas, pero, como decimos, las mismas corresponden a algo que nunca se terminó. Año después, Christopher Tolkien, hijo del autor, publicó ese fragmento, de lo que se pensaba parte de un relato más grande, en Los pueblos de la Tierra Media.
