La mañana del 11 de agosto de 2014, Susan Schneider Williams se levantó como cualquier otro día. Espera encontrar a su esposo Robin meditando, como era usual en él en los últimos meses de su vida.
El actor estaba pasando por una mala racha, su mente ya no era la misma. De acuerdo a Susan, Williams dormía mal, le costaba recordar sus líneas y tenía dificultades para actuar. No solo eso, le costaba relacionarse con sus amigos y salir de casa.
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“¿Puedes imaginarte el dolor que debió sentir cuando se dio cuenta de que su mente se estaba desintegrando? Y además debido a algo desconocido”, se escucha decir a Schneider en el documental Robin’s Wish, que narra los últimos meses de la vida del histrión.
“Meditábamos juntos cada mañana. Cuando me levanté y vi que la puerta de su habitación seguía cerrada, pensé, ‘Dios mío, ¡está durmiendo! Es muy buena señal”, expresa Susan en el documental.
Pero la situación era otra y ella lo desconocía. Optimista, decidió dejarlo dormir y continuar con sus actividades habituales.
“Llegó su asistente porque tenían trabajo que hacer y ya era la hora de marcharme, así que le dije: ‘Mándame un mensaje cuando se despierte’. Al rato recibí uno que decía: ‘Todavía no se ha levantado, ¿qué hago?’ Entonces supe que algo iba mal, muy mal. Le contesté ‘Despiértalo inmediatamente y llámame’. Entonces me llamó y…”, recuerda perfectamente lo que continuó ese día.
La muerte de Robin Williams
El actor, de 63 años de edad, había decidido acabar con su vida. Se había colgado durante la noche del armario de su habitación. Robin dormía solo debido a los problemas de insomnio que padecía, durante la noche tenía alucinaciones que le hacían hablar a gritos de madrugada.
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Pronto la noticia se esparció, uno de los grandes comediantes del mundo había decidido terminar con su vida, pero los medios de comunicación desconocían aún este hecho.
El tranquilo barrio al norte de San Francisco, donde Robin y Susan vivían, dejó el silencio por unos días. Los medios de comunicación pronto comenzaron a llegar a las afueras del hogar de la pareja.
Cámaras de televisión, periodistas, enormes antenas y hasta un helicóptero, se hicieron presentes en la zona, todos querían saber qué había ocurrido.
Tras darse a conocer que la muerte del actor se trató de un suicidio, algunos medios especulaban sobre la razón por la que habría orillado al actor a tomar esa decisión tan drástica: drogas, depresión, trastorno bipolar y bancarrota.
¿Por qué se suicidó Robin Williams?
La viuda de Robin Williams quiso hablar sobre el por qué su esposo había tomado la decisión de terminar con su vida. Pronto comenzó a dar diversas entrevistas en diversos medios de comunicación, donde habló sin tapujos sobre la demencia con cuerpos de Lewy.
Esta condición fue revelada a Susan cuando recibió los resultados de la autopsia, fue entonces que descubrió que en realidad lo que su esposo padecía era la demencia con cuerpos de Lewy, misma que lo orilló a tomar esa terrible decisión.
“La demencia con cuerpos de Lewy es una enfermedad devastadora”, dice el doctor Bruce Miller, director del Centro de la Memoria y el Envejecimiento en la Universidad de California San Francisco, en el documental.
“Es letal y evoluciona rápidamente. Analizando cómo afectó al cerebro de Robin, descubrí que era el caso más agresivo de Lewy que he visto en todos mis años de carrera. Prácticamente todas las áreas de su cerebro habían sido afectadas. Es realmente sorprendente que pudiera moverse o caminar”, explica.
“Las personas con cerebros excepcionales, que son increíblemente brillantes, suelen resistir y tolerar mejor las enfermedades degenerativas que las que tienen un cerebro normal. Esto demuestra que Robin Williams era un genio”, finaliza.
“Cuando leí los síntomas: cambios de humor, problemas de movimiento, depresión, miedos, ansiedad, alucinaciones, problemas de sueño, paranoia…todo encajaba”, dice Susan en el documental.
“Si simplemente hubiéramos sabido el nombre de la enfermedad que sufría Robin, solo eso le habría dado un poco de paz”, asevera. Pero esto solo se puede saber hasta que el paciente muere.
Sus últimos días en el set
Shawn Levy, director de Noche en el Museo 3 —la última película que rodó Robin Williams— aseguró que el actor “estaba muy frustrado. Recuerdo que me dijo: ‘Ya no soy yo. No sé qué me está pasando. Ya no soy yo”.
“Cuando llevábamos un mes de rodaje, era evidente que algo le pasaba. Su mente ya no funcionaba a la misma velocidad. Su chispa se había apagado. Tuvimos que reformular algunas escenas para que las pudiera grabar, fue más trabajoso para mí, pero hubiera hecho cualquier cosa por Robin”, recuerda.
“Sufrió mucho durante el rodaje. Me llamaba a las diez de la noche, a las dos, a las cuatro de la mañana preguntando: ‘Lo que grabamos hoy, ¿se podrá usar? ¿Lo hago bien?’ Le tenía que tranquilizar todo el tiempo, le decía: ‘Sigues siendo tú, todo el mundo lo sabe. No te olvides de eso, por favor’”, compartió Levy.
