Investigadores de Estados Unidos querían saber por qué nos gusta tanto el sabor del café, y esto fue lo que encontraron.
Evolutivamente hablando, ha sido un misterio que una de las bebidas más populares del mundo sea amarga, considerando que nuestra especie se ha desarrollado para evitar esos sabores. Pero no te quedará duda de que incluso con eso, el café es un éxito en muchísimas culturas, uno que además se involucra en la cotidianidad de millones de nosotros.
No es cuento. Si sabes de lo que hablamos, nos podrás dar la razón: el café es muy rico y aparte buscamos llevar su peculiar sabor a otros productos, como dulces, pasteles, helados y más. ¿Qué pasa entonces? ¿Cómo explica la ciencia nuestra atracción por esta bebida que, en principio, deberíamos rechazar?
La ciencia de por qué amamos el sabor del café
La duda es real, e inquietó a científicos, al grado de que no quedó de otra que investigar lo que pasa para que tengamos al sabor del café entre nuestros favoritos.
Científicos de la Universidad del Noroeste (Estados Unidos) hicieron un estudio sobre este asunto, que se publicó en la revista Scientific Reports. En él los autores del trabajo querían ver cómo la sensibilidad de las personas a diferentes sabores amargos se correlacionaba con su nivel de consumo de café. En la investigación se tomaron datos de hasta 400 mil individuos del Reino Unido.
La sorpresa para los investigadores fue que, contra lo que se pensaba, las personas que son bebedoras frecuentes de café no desarrollan a la vez mayor resistencia al sabor amargo, es más, son más sensibles a él. ¿Entonces?
Los autores de la investigación sugiere que aquí entre un fenómeno psicológico: “Es posible que los consumidores de café adquieran un gusto por (o la capacidad de detectar) la cafeína dado el refuerzo positivo aprendido (es decir, la estimulación) que esta provoca”.
Dicho de otra forma, hacemos una asociación mental entre el sabor del café y el impulso energético que nos proporciona. Así, luego de algunas experiencias con esta conexión, aprendemos que el amargor indica energía y queremos más.
